5 claves de tu estilo de vida que influyen en tu inmunidad
Dr. Pablo Saz
El sistema inmunitario es sensible a aspectos de nuestra vida cotidiana que podemos mejorar con ciertas rutinas saludables y mucha serenidad.
El estilo de vida que llevas influye directamente en tu sistema inmunitario. Trabajar muchas horas delante de una pantalla, no estar en contacto con la luz solar, ser sedentaria y tener una visión negativa acerca de la vida y las cosas no te favorece. Todos estos aspectos junto con el estrés una dieta deficiente y los hábitos tóxicos dejan mella en tu cuerpo y te hacen más vulnerable a las infecciones y a las enfermedades en general.
Mejora tus hábitos para potenciar tus defensas
Salimos de un confinamiento y no sabemos lo que ocurrirá el próximo otoño, pero lo que está claro es que sea la gripe o el nuevo coronavirus, mejor será que nos pille con las defensas en plena forma. A continuación te explicamos lo que puedes hacer para tener el sistema inmunitario a punto.
1. Higiene
La limpieza resulta vital a la hora de prevenir cualquier enfermedad infecciosa, ya que en la suciedad se crían gérmenes. Es absurdo estimular las defensas si no se tiene un cuidado personal y una higiene adecuados.
Lavarse las manos con frecuencia, limpiar bien la ropa que nos ponemos y los lugares donde vivimos reduce el estrés que ha de soportar nuestro sistema inmunitario, de manera que puede ejercer mejor su función. La medicina natural insiste en que primero es la higiene y luego la terapia, siempre por este orden.
2. Ejercicio
Durante las largas semanas de confinamiento, una situación que puede repetirse en el próximo otoño, es posible que hayamos estado más sedentarios. En cuanto sea posible hay que aprovechar para hacer ejercicio al aire libre y, si no es posible, y cuando lo sea, procuraremos activarnos en el balcón o delante de la ventana.
En casa puedes hacer gimnasia, yoga, saltar, bailar… Recuerda que el ejercicio físico ensancha los pulmones y refuerza la inmunidad. Pero cuando el cuerpo te pida reposo, por ejemplo, al inicio de un proceso febril, hazle caso.
3. Aire puro
Recuerda, tanto si estás confinado en casa como si no, que el aire también se confina, y eso no es bueno. Airea tu casa con frecuencia, dejando que corra el aire de un lado a otro.
Procura abrir las ventanas que den más al exterior antes que, por ejemplo, las que comunican con el patio de vecinos. Hay que respetar la distancia de dos metros hacia la vecindad, pero si son cuatro, seis o diez, mucho mejor.
4. Buena actitud
Para la salud, siempre es mejor ser optimista. Las preocupaciones, incluso las provocadas por una pandemia, deterioran el equilibrio inmunitario y nos hacen más susceptibles a una afección respiratoria, como se ha comprobado con virus como los del resfriado.
Dadas las circunstancias, la avalancha de información y los casos de personas cercanas afectadas, es posible que más de uno se deprima, pero hay que insistir en que es en estas épocas cuando podemos sacar lo mejor de nosotros mismos. Lo hemos visto en el personal sanitario. Se dice que después de la tormenta viene la calma, y que florecen mejor las flores.
Muchos estudios concluyen que la depresión reduce la inmunidad y que la actitud positiva, en cambio, la estimula. Practica yoga, meditación, pensamiento positivo… Y duerme: el insomnio no es buen compañero de la inmunidad. Para evitarlo, puedes incluir en tus rutinas diarias momentos para la relajación y la respiración consciente.
5. Sin medicación
Muchos pensarán que conviene tomar medicamentos específicos al menor síntoma o sospecha de infección por el coronavirus. Craso error. En nuestro país las autoridades sanitarias recomiendan el paracetamol y el ibuprofeno, pero este último es un antiinflamatorio no esteroideo que puede reducir algo la inmunidad.
Es cierto que su nocividad es moderada, pero por precaución recomendamos no utilizarlo, y mucho menos automedicándose. En cuanto al paracetamol, las dosis no deberían superar los 650 mg, ya que en exceso también afecta al hígado. El uso de corticoides está desaconsejado si no existe una indicación médica específica y se debería usar solo en casos graves. En general, hay que insistir en no medicalizar demasiado nuestra vida, ya que las infecciones por el coronavirus SARS-CoV-2, las gripes y los resfriados no tienen un tratamiento específico. No hagamos de médicos: puede ser contraproducente y reducir la inmunidad.